El último sábado de Mayo de 2021, repetimos en la zona de Rascafría, después de que el fin de semana anterior visitaramos la preciosa zona del Valle de la Angostura y la Cascada de la Presa del Pradillo.
En mi búsqueda particular de las mejores cascadas de Madrid, esta vez tocaba el turno a las famosas Cascadas del Purgatorio, una ruta un poco larga para principantes (10-12 km i/v) pero sin mucha dificultad, salvo los 1,5 km finales, con un sendero más estrecho y rocoso. Eso sí, el final de la ruta es espectacular:
Índice
Ruta a la Cascada del Purgatorio y Bosque Finlandés
12 KM | 3H 30′ | Baja-Media | – | >3 años | No | Sí | No |
Las Presillas
Para comenzar la ruta, dejamos el coche en el Parking de las Presillas, un área recreativa donde las aguas del río Lozoya son retenidas en varias presas, en un entorno muy bucólico:
Habitualmente, en verano está super concurido, yo estuve hace unos años y el sitio está muy bien, aunque el agua estaba helada. Ahora en tiempos de Covid, está prohibido el baño, pero la gente sigue yendo a tumbarse en el césped y remojarse los pies:
El parking es muy caro, son 9€, pero aparte de estar al lado de las piscinas naturales, es el parking más cercano para aceder a las Cascadas del Purgatorio. El horario es de 09:00 a 21:00 y se puede entrar y salir las veces que quieras.
Mi otra opción era dejarlo en el parking del Monasterio de El Paular, pero debido a la pandemia, el parking sólo está habilitado para los que tienen visita guiada al monasterio. Creo que éste es gratuito, pero en los meses de verano también cobran 9€.
La ruta desde el Parking de las Presillas hasta la Cascada del Purgatorio es de unos 10 km i/v, y desde el Parking del Monasterio de El Paular son unos 12 km i/v.
Nosotros visitamos el Bosque Finlandés tras subir al Purgatorio, y como el bosque está a un kilómetro del parking de las Presillas, al final acabamos haciendo los 12 km.
Llegamos al parking a las 09:40 y había todavía muchos sitios libres, sin embargo, cuando volvimos varias horas después el parking estaba casi lleno.
Ruta a la Cascada del Purgatorio
Nada más dejar atrás el muro que delimita la zona de las Piscinas Naturales de Las Presillas y pasado un chiringuito, que ofrece comidas y bebidas, hay que coger la pista que sale a la derecha.
Todo el tramo inicial de la ruta es bastante plano y muy accesible, incluso con carritos de bebé.
Aproximadamente a un kilómetro desde el aparcamiento aparece la primera bifurcación a destacar.
El camino de la derecha, es el «oficial» de la ruta, es más largo ya que da un poco de vuelta y para mi gusto es menos bonito. Nosotros lo hicimos a la vuelta de la cascada.
El camino de la izquierda es más corto y directo hasta la cascada ya que va prácticamente recto. Es más bonito, ya que te puedes acercar al Arroyo del Aguilón, y transcurre más cerca de éste. No tiene ninguna dificultad, al igual que el otro camino.
En cualquier caso, da igual el camino que elijas, porque ambos se juntan en uno más adelante, así que digamos que la ruta es lineal, pero hay una parte que peemite variar un poco la ida de la vuelta, para cambiar un poco el paisaje.
Nosotros a la ida tomamos el camino de la izquierda, y creo que la razón de no ser el «oficial, es porque hay mucho, pero mucho ganado suelto, al menos a la hora que fuimos nosotros:
Hay numerosas vacas, que por muy mansas que sean, tienen unos pitones que dan miedo y una apertura entre ellos bastante interesante, así que mejor no molestarlas y menos si van con las crías:
Esta parte del camino, desde que se bifurca, hasta que se unen más adelante, es de aproximadamente 2,2 km y unos 30′. Sigue siendo un sendero fácil, aunque un poco más estrecho que el camino inicial, con el valor de ver animales pastando, las vistas de la sierra al fondo y algunos bonitos momentos cuando el camino va más cerca del arroyo:
Particularmente, disfruté mucho esta parte de la ruta porque no había absolutamente nadie, era una gozada:
Sabrás el momento en que se cruzan ambos caminos, cuando te encuentres la puerta de la foto de abajo. Ya sabes, déjala cerrada para que no se escape el ganado:
Verás un puente de madera e incluso a alguna vaca bebiendo agua del arroyo. Hasta aquí la ruta se puede hacer perfectamente con carritos de bebé, pero ya desde este lugar el camino se complica y se hace inaccesible para carritos:
En este punto comienza el sendero que se adentra en el angosto valle del arroyo del Aguilón, entre pinos y robles, siempre con la compañía de las aguas del arroyo, que forman bellas estampas a lo largo del recorrido.
Esta última parte es la más dura (1’5 kms) y que te llevarán otros 30′. Hay que tener en cuenta paradas para hacer fotos y demás, por lo que siempre será algo más, pero para haceros una idea. Aunque es la parte más dura, también es la parte más bonita:
Esta es una zona en la que los remansos de agua, las torrenteras y la vegetación de ribera son el ambiente ideal para numerosas plantas y animales:
Llegamos a una puerta cerrada al paso donde hay un cartel informativo sobre las Cascadas del Purgatorio. No te asustes, hay que tomar el estrecho sendero de la derecha, siguiendo la tapia de piedra que rodea la finca particular A partir de aquí tan sólo hay que seguir el sendero, dejando siempre el arroyo a tu derecha, hasta llegar a la cascada:
Los últimos 400 metros hasta llegar a la cascada son los más duros, el terreno se vuelve muy pedregoso, hay que tener cuidado con los tropiezos y las raíces de los árboles:
Por suerte no hay nunca mucha altura respecto al arroyo, lo digo por si vas con niños, que sepas que no es peligroso en el sentido de que se puedan caer desde muy alto, pero tampoco pienses que la ruta es un paseo familiar como se publicita en algunos sitios:
Como esta parte va pegada al arroyo, se forman unos saltos de agua muy bonitos ,como decía es la parte más vistosa de la ruta:
Hay algunas partes, donde además de rocas y raíces, está el terreno ladeado, así que hay que andar con más precaución todavía:
Ya estamos llegando por fin a las cascadas, hay un momento donde empiezas a ver unas paredes enormes, desde este punto hay unos 5′ hasta la cascada:
Merece la pena antes de llegar a la cascada, bajar un poco más al arroyo para ver algunas minicascadas que se van formando:
Cascada del Purgatorio
Tras superar una zona escarpada, sin que haya que llegar a trepar ni nada por el estilo, se llega al mirador de la cascada del Purgatorio, donde termina la ruta y desde donde se obtienen las mejores vistas de uno de los parajes más bonitos de la Sierra de Guadarrama, ya que la cascada está encajonada en un cañón de piedra formado por las montañas.
Llegamos a las 11:05 a la cascada. así que tardamos 1h 25′ desde el Parking de las Presillas:
La cascada no es muy grande, unos 10 m. de altura, pero tiene mucho encanto por su situación. Sus aguas provienen de diversas montañas: La Najarra, Bailanderos o Asómate Hoyos, pertenecientes a la Cuerda Larga:
La visión principal de la cascada se realiza desde un mirador de madera que se ha construido para contemplarla con facilidad y seguridad. Es una zona bastante pequeña, nosotros la disfrutamos casi prácticamente en solitario, apenas había dos grupos más, pero empezó a llegar más gente, y viendo la cantidad de personas que nos cruzamos a la vuelta, estoy seguro que más avanzado el día estaría llenísimo de gente:
El origen de su nombre es incierto, según el cristianismo, el Purgatorio es el lugar de penitencia de los pecadores fallecidos antes de poder alcanzar la salvación, por lo que se cree que los cartujos del Monasterio del Paular, podrían haber purgado sus pecados junto a estas cascadas.
Otras teorías indican que debe su nombre a la forma escalonada del desnivel que salva el arroyo del Aguilón, semejante a la imagen que presenta Dante del lugar en el que las almas expían sus pecados capitales antes de acceder al Paraíso:
Esta zona tiene un atractivo extra: es un gran lugar para observar al buitre negro, con la población más grande de toda la Comunidad de Madrid. Está catalogada como Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA) del Alto Lozoya. Cuando ves la altura de las paredes que rodean la cascada, entiendes que a los buitres les guste reposar en su cima:
Por cierto, aunque den muchas ganas de hacerlo, tanto en la cascada como en sus inmediaciones no está permitido el baño.
Si queremos acceder a la segunda cascada, deberemos superar el desfiladero. Se puede hacer sin necesidad de cuerdas subiendo por los canchales de cualquiera de las dos laderas para rodear las paredes de roca, si bien esto entraña una dificultad técnica importante y no es apropiada para principiantes.
La segunda cascada es de tipo de cola de caballo y dicen que es más bonita que la primera y algo más grande (15 metros de caída), pero no hay por qué correr riesgos innecesarios y menos si se va con niños, así que nosotros nos conformamos con observar la primera. Éste sería camino por el que hay que trepar para llegar a la segunda cascada, una locura si vas con una niña de 3 años como era mi caso:
En el mirador paramos 30′ para tomar un pequeño piscolabis que siempre nos llevamos a las excursiones y disfrutar de la cascada. Se iba notando más movimiento de gente según pasaba el tiempo.
A las 11:35. comenzamos el camino de vuelta, esta vez por la ruta «oficial», hay que deshacer lo andado y en la bifurcación, cruzamos el puente y tomamos por tanto el camino de la izquierda.
Como decíamos, esta ruta es más larga y da más rodeo que la que cogimos al principio (para ir más directos a la cascada). Hay como unos 3 km y unos 45′ de recorrido (frente a los 2’2 km y 30′) del camino más directo.
Al lado del puente de madera, había un montón de simpáticas vacas descansando:
Este sendero es más amplio y para mi gusto con menos encanto que el sendero más directo:
Nos cruzamos con muchísimos grupos a la vuelta, hacía muy bueno, y la gente no madruga mucho, así que yo recomiendo encarecidamente estar antes de las 10:00 en el parking y evitar las multitudes, de una ruta tan mítica como ésta:
Una de las imágenes más bonitas de esta parte, es la panorámica de algunos picos de la sierra, conservando todavía un poquito de nieve:
Después de esos 3 kms, se llega de nuevo al punto donde se cruzan ambos caminos, para formar un único camino común, que en otro kilómetro te lleva de nuevo hasta el parking. Llegamos al parking a las 13:00, así que hicimos la ruta en 3h 20′ (incluyedo 30′ de parada en la cascada) simplemente como orientación de tiempos para que os hagáis una idea.
Bosque Finlandés
Aún nos quedaba un pelín de tiempo antes de tener que volver a casa para comer, así que nos acercamos al famoso Bosque Finlandés. Se encuentra a un kilómetro aproximadamente del parking de las Presillas (unos 15′):
Debe su nombre al parecido que presenta con las espesuras escandinavas, aunque su verdadero nombre es Bosque El Potario, y está principamente conformado por álamos, abedules y abetos:
Nosotros no recorrimos todo el bosque ni muchísimo menos, tan solo fuimos a la parte más famosa. A ésta se llega a través de un pequeño puente de piedra:
Nada más cruzar el puente, aparece una coqueta cabaña con ventanas rojas, usada en otros tiempos como sauna y a su lado, un hermoso lago al que se llega por un pequeño muelle:
Aunque es un lugar bonito, creo que en otras épocas (otoño o invierno) debe lucir mucho más espectacular. Ahora en primavera había mucho polen en el agua y el lugar estaba lleno de mosquitos. Recomiendo llevar repelente.
No tuvimos tiempo para dar la vuelta al lago. He de decir que es una zona muy concurrida, porque está al lado del pueblo de Rascafría (tan sólo hay que cruzar el Puente del Perdón) y es muy accesible llegar, y es ideal para dar un paseo con niños muy pequeños, apta para carritos de bebé.
Desde el lago al parking, hay otros 15′ de vuelta por un camino muy asequible. Si estuviera permitido el baño (este año no es posible por la Covid), nada mejor que haber rematado el día, dándose un chapuzón en las gélidas aguas de Las Presillas.